El placer de pintar
En el anterior post hablábamos de que es habitual encontrarse a personas ancianas en centros pintando mariposas o motivos estacionales.
Probablemente nos parecería una barbaridad proponer a nuestros padres o abuelos una actividad de este tipo pues tenemos claro "que no son niños". Sin embargo, en ocasiones esta actividad constituye una terapia de relajación sorprendente.
En general, las personas mayores reciben con gusto las actividades artísticas porque casi todas se realizan con sus manos y suponen la resolución de pequeños retos. Además, les ofrece la oportunidad de vivenciar nuevas experiencias que no han podido experimentar por tener que hacer frente a las responsabilidades de la vida diaria.
En este sentido, también podemos proponer ejercicios de pintar y dibujar, con contenido que dignifique y haga significativo el objeto de trabajo. Colorear provincias o comunidades autónomas, paisajes o animales de nuestras tierras gallegas, dibujos artísticos del gran Castelao, figuras de oficios, plantas o frutos, etc.
A las personas nos gusta ver reflejadas las cosas que conocemos, por eso es importante que los dibujos que se propongan partan de elementos del entorno reconocibles en la actualidad o en el pasado.
Con ello, conseguiremos estimular las funciones superiores de nuestro cerebro mediante el reconocimiento de las formas (gnosias), el manejo del lápiz o pincel (praxias), la ejercitación de movimientos coordinados (psicomotricidad), etc.
A continuación se exponen 2 ejemplos de fichas de estimulación cognitiva que pueden dar significado al puro placer de pintar.
En la primera la persona debe realizar una lectura en gallego intentando recordar diferentes aspectos de un oficio tan antiguo como es el de cuidado de niños de otras personas.
En la segunda, la persona debe intentar orientar espacialmente las comunidades y recordar los colores de la bandera española.
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